:: Historias de Liquerique ::
Hay zonas en muchas ciudades que son como un microcosmos. Estamos en La Punta de Liquerique, en el Muelle de Gijón.
Aquí conviven, en amalgama con el sabor a salitre:
...turistas que admiran la novedad con lugareños que, en un interminable bucle, dan su paseo diario, día tras día...
...parejas que comparten el final del día y deslumbradas por los colores del horizonte, se hacen un selfie...
...amigos que echan unas risas, disfrutando de sus días de sidra y rosas, con el mar de fondo...
...perros que intentan seguir el ritno de sus amos, mientras olisquean tozudamente lo que les da tiempo...
...madres que pasean y dan la merienda a sus hijos...
...personajes con paraguas o sombrero (los fotógrafos lo entienden)...
...chicos en la edad de la inconsciencia y la temeridad, en baños de intaerminables tardes de verano...
...nieblas que penetran hasta los huesos y olas que te empapan por sorpresa...
...seres solitarios que simplemente escuchan el mar y se dejan acariciar por los últimos rayos de sol...
...sombras y siluetas que se retuercen y estiran resistiéndose a apagarse...
...fotógrafos que, además de observar todo lo anterior, intentan fotografiarlo...
..otros fotógrafos que, en una pirueta imposible, fotografían a los fotógrafos...
Todo esto se repite día tras día de un modo inmutable, pero que a la vez es distinto en cada momento.
Amores que nacen... adioses nostálgicos a quienes se han ido... la vida que pasa.
Ambos comenzamos este proyecto hace años, sin conocernos. Y un buen día, coincidimos en el escenario de nuestra obsesión y decidimos terminarlo de modo conjunto y rematarlo con esta exposición, en la que intentamos plasmar los diferentes matices de dos miradas sobre el mismo tema.